Los aparatos de placas se emplean preferentemente para ampliaciones dentales del arco transversal, para movimientos basculantes de dientes sueltos, para la corrección de mordeduras cruzadas (frontales y laterales) y para el alineamiento de los dientes frontales.

Las ventajas del aparato de placas son el uso independiente de la cantidad de dientes y del cambio de dientes, la posibilidad de llevarlos puestos todo el día, el mínimo riesgo de sobrecarga del diente y con ello de la reabsorción de la raíz y de un tratamiento casi indoloro. La desventaja es que sólo son posibles los movimientos dentales basculantes, es decir que con ello no pueden lograrse complejos movimientos dentales.

En el caso de los aparatos ortodónticos se utilizan las fuerzas propias del cuerpo. Provocan una modificación de la posición de los dientes y de la base de la mandíbula mediante la modificación de la muestra funcional de la musculatura lingual, labial, de las mejillas, masticatoria y de la base de la boca. Recibe el nombre de musculatura orofacial. Los aparatos funcionales ortodónticos están diseñados de manera que ambos maxilares pueden morder, por dicho motivo también reciben el nombre de aparatos bimaxilares. Mediante la mordedura de ambas mandíbulas se establece una relación funcional definida entre los maxilares superior e inferior.

Con una correcta indicación y una buena colaboración por parte del paciente es posible lograr un tratamiento biológicamente compatible y cuidadoso. La terapia con aparatos ortodónticos logra unos buenos resultados funcionales. Estos aparatos pueden utilizarse independientemente de la dentición, incluso en presencia de unas hileras de dientes interrumpidas. Mediante la aplicación de fuerzas del propio cuerpo se evitan sobrecargas y reabsorciones de la raíz, el tratamiento es indoloro y la limpieza bucal puede realizarse sin obstáculos.